Transformar el bono demográfico en desarrollo y bienestar social

Transformar el bono demográfico en desarrollo y bienestar social

Aprovechar esta oportunidad demográfica comienza por garantizar derechos a las juventudes.

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11/07/2025 00:00
Fuente: Prensa Libre 

El Día Mundial de la Población nos recuerda una verdad fundamental: lo más valioso que tiene un país es su gente. En Guatemala, más de 18 millones de personas conforman una sociedad diversa e intercultural. De ellos, más de la mitad son mujeres, y una tercera parte —más de seis millones— corresponde a adolescentes y jóvenes entre los 13 y 30 años.

El bono demográfico no se activa solo: requiere decisión, inversión sostenida y compromiso real.

Nuestro país atraviesa por cambios demográficos profundos y sin precedentes. Nos encontramos en una etapa única en nuestra historia: la del bono demográfico. Esta es una ventana de oportunidad que exige acción para ser aprovechada plenamente.

El bono demográfico es el período donde la proporción de la población en edad productiva (15 a 64 años) es mayor que la población dependiente (niños, niñas y personas mayores). Esta etapa favorable, impulsada por la disminución sostenida de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida, ofrece un potencial sin precedentes para el desarrollo económico y social del país.

Según las proyecciones de población más recientes de Naciones Unidas (World Population Prospects, 2024), Guatemala contará con este bono durante aproximadamente 70 años, de los cuales ya han transcurrido siete. Cada año debe verse como una posibilidad para avanzar y brindar oportunidades con equidad.

Sin embargo, el potencial del bono demográfico para generar desarrollo no se activa por sí solo, requiere decisiones estratégicas, compromiso intersectorial y una inversión sostenida, particularmente en adolescentes y jóvenes. Centrar la atención en este grupo responde a una lógica clara: son ellas y ellos quienes están ingresando al mundo productivo y quienes pueden beneficiarse directamente de políticas públicas que fortalezcan su educación, empleabilidad, salud y participación.

La trayectoria de vida de las y los jóvenes se define a partir de aspectos como el nivel educativo alcanzado, el acceso al primer empleo —formal e informal—, el acceso a servicios de salud y la construcción de un proyecto de vida, incluyendo la decisión libre e informada sobre la maternidad y paternidad. Las juventudes tienen un enorme potencial para impulsar transformaciones culturales, sociales y económicas, siempre que cuenten con las oportunidades adecuadas.

Hoy, sin embargo, muchas y muchos jóvenes enfrentan barreras estructurales que limitan su bienestar y su futuro. Una parte significativa está fuera del sistema educativo, y más del 70 % de quienes trabajan lo hacen en el sector informal. En el caso de las mujeres jóvenes, solo 4 de cada 10 participan en el mercado laboral, y la mayoría de quienes no lo hacen se dedican a tareas de cuidado no remuneradas.

Otro desafío en este camino es el embarazo en la adolescencia, que interrumpe proyectos de vida y perpetúa ciclos de pobreza. En muchos casos, estas maternidades tempranas no son el resultado de decisiones libres, sino de una combinación de desinformación, falta de servicios adecuados, violencia sexual y entornos inseguros. La situación es aún más compleja para adolescentes indígenas, afrodescendientes y rurales, quienes enfrentan múltiples formas de desigualdad.

Aprovechar el bono demográfico significa garantizar que adolescentes y jóvenes puedan construir libremente los proyectos de vida que anhelan. Implica reconocer que el bienestar colectivo comienza por no dejar a nadie atrás, especialmente a quienes están dando sus primeros pasos hacia la adultez. Para lograrlo, es necesario empoderar a las juventudes, escuchar sus voces y garantizarles derechos y oportunidades reales. Responder con eficacia a los desafíos demográficos del presente y del futuro implica priorizar las necesidades y aspiraciones de las personas jóvenes, y construir junto a ellas un futuro más justo, próspero y esperanzador.